El propietario Rudy Ramirez dice que los elementos del menú y la misión detrás de su nueva empresa no escatiman en dulzura. La panadería fue creada para honrar la memoria de su esposa Norma Anabel González-Ramírez, quien murió de cáncer en abril. Su hijo Nicolás Ramírez y su sobrino Lorenzo González se unieron a Ramírez para hacer que la panadería sucediera poco después de su muerte.
Antes de morir, Rudy dice que su esposa le pidió que mejorara su salud. En ese momento pesaba 351 libras. Ahora pesa 208 libras. Ramírez atribuye la pérdida de peso a reducir el consumo de dulces y carbohidratos.
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